Alimentación en primavera: qué comer para sentirte bien y lleno de energía. La primavera es una época de renovación: los días se alargan, el clima mejora y nuestro cuerpo también pide un cambio. Después del invierno, es habitual sentir la necesidad de desintoxicarse, recuperar energía y sentirse más ligero. Por eso, ajustar la alimentación en primavera puede ser clave para mejorar la salud y el bienestar.

¿Por qué cambiar la alimentación en primavera?

Durante los meses fríos solemos consumir alimentos más calóricos y pesados. Con la llegada del calor, el cuerpo necesita hidratarse mejor, reducir toxinas y aprovechar los productos frescos de temporada. Comer de forma más ligera y natural no solo favorece la digestión, sino que también mejora la energía, el estado de ánimo y la piel.

Alimentos de primavera que no pueden faltar en tu dieta

1. Frutas de temporada

La primavera nos regala una gran variedad de frutas ricas en agua, fibra y antioxidantes. Entre las más destacadas:

  • Fresas: ricas en vitamina C y antioxidantes.
  • Nísperos: ayudan a depurar el hígado.
  • Cerezas: efecto antiinflamatorio y diurético.
  • Piña: facilita la digestión y combate la retención de líquidos.

2. Verduras y hortalizas frescas

Incluir verduras de temporada en tus platos te aportará vitaminas, minerales y fibra, ideales para sentirte ligero y saludable:

  • Espárragos: depurativos y bajos en calorías.
  • Alcachofas: ayudan a limpiar el hígado.
  • Acelgas y espinacas: ricas en hierro y clorofila.
  • Lechuga, rúcula, berros: perfectas para ensaladas detox.

3. Infusiones y bebidas naturales

Aprovecha para hidratarte con bebidas naturales que apoyen la eliminación de toxinas y mejoren tu digestión:

  • Agua con limón en ayunas.
  • Infusión de diente de león o cola de caballo.
  • Té verde o rooibos para activar el metabolismo.

Consejos para una alimentación equilibrada en primavera

Prioriza alimentos frescos y poco procesados.

Reduce el consumo de azúcares refinados y grasas saturadas.

Incluye más alimentos crudos (ensaladas, frutas, batidos).

Evita comidas pesadas por la noche.

Bebe suficiente agua (mínimo 1,5 – 2 litros diarios).

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